Hoy continuando con el amor materno

Hola a tod@s:

Dedico la columna de hoy a las personas que recientemente estuvieron de cumpleaños: Ericson Villa, Yolanda Cabrera, Leidy Cepeda, Diely Bordas, Luis Pablo Fernández, José Checo, Benny Lam, Heraclio Miranda, Héctor Aníbal Santillán, Tiny Francis, Sergio Pérez Paché, Ramona Polanco Fermín, Shing-ichiro Sugimoto y en el día de hoy Irene Guzmán, Carlos Casimiro y Ailin Matos. Agradezco los hermosos comentarios que me inspiran a escribir de: Nelly Ramos, Freddyna Almonte, Yissel Yangüela, y los seguidores de Facebook Heidy Alberto, Ivelisse Marte, Mercedes Alberto, Maria Reyes, Chuchy Hernández y Andrés Paulino, para todos los seguidores de esta columna muchas bendiciones.

Hoy continuamos con el amor materno y como ejerce una profunda dimensión en la personalidad de los hijos, basado en el libro El arte de amar del reconocido psicoanalista Erich Fromm. Hay muchas formas de alcanzar trascendencia pero una de las más hermosas en la creación y la más natural y fácil de lograr, es a través del amor y el cuidado de la madre por sus hijos. Ella trasciende en el niño y la niña, su amor hacia ellos da sentido y significación a su vida.

Sin embargo la madre debe entender que el niño y la niña tienen y deben de crecer, debe emerger del vientre materno, del pecho de la madre; eventualmente debe convertirse en un ser humano completamente separado e independiente. La esencia misma del amor materno es cuidad que el niño y la niña  crezca, y esto significa desear que el niño y la niña se separe de ella.

Ahí radica la diferencia básica con respecto al amor erótico. En este último, dos seres que estaban separados se convierten en uno solo. En el amor materno, dos seres que estaban unidos se separan. La madre debe no solo tolerar, sino también desear y alentar la separación e independencia del niño y la niña. Solo en esa etapa el amor materno se convierte en una tarea sumamente difícil que requiere generosidad y capacidad de dar todo sin desear nada excepto la felicidad de sus hijos. La semana próxima continuaremos y concluiremos con este importante tema y un especial dedicado a las madres en su día.

Mi reflexión personal de esta semana, tiene que ver con el tiempo,  podemos observar que aquellos momentos de sufrimientos en nuestras vidas y las pruebas difíciles que atravesamos no son más que la preparación para grandes bendiciones, y también que el tiempo es un aliado perfecto en nuestra sanación interna, son las pruebas y los sufrimientos los que nos impulsan a marchar hacia adelante, por eso estoy convencida que los ojos que han sido bañados con lágrimas, brillan con una luz más clara y pura. Les exhorto a no perder la calma ni estar ansios@s por nada, a su tiempo todo la marea volverá a su lugar y el pasado solo un recuerdo será, y más si han puesto en manos de Dios cualquier dificultad.

Les dejo una frase bíblica para meditar: "Estaba oprimido de tal manera que llegué a desesperar de la vida, pero aquello fue para que yo no confíe en mi mismo, sino en Dios que levanta los muertos". (II Corintios 1: 8-9).

Entre  a este link y escuchen la hermosa canción de alabanza del cantautor Marcos Witt, Tu fidelidad, cuyas letras dicen tu fidelidad es grande, tu fidelidad incomparable, nadie como tú, bendito Dios, grande es tu fidelidad, tu fidelidad es grande, tu fidelidad incomparable, nadie como tu bendito Dios, grande es tu fidelidad, (se repite tres veces), entren a este link con derecho de autor que encontré en una página pública: www.youtube.com/watch?v=X3aYN27CGOU

Feliz resto de la semana y muchas bendiciones,

 

Marisol